lunes, 21 de enero de 2008

El sexo nos hace hombres o mujeres...

...O las dos cosas. Y ambas están en este filme. Quien busque dar de frente con una obra maestra, quien pretenda salir en éxtasis, quien busque despejar sus dudas sexuales, quien busque equivocarse o aburrirse, que se quede. Que no vaya. Las dos cosas, el hombre y la mujer se asoman a esta cinta argentina con extrema sencillez. Asoman los humanos que se hacen género o sexo. Los humanos con barba y con pezones, los humanos que se cansan y sudan sobre el cuerpo del otro. Es una película para asomarse al otro, sin cuestión de sexo, como instinto primario. Pero para decirles algo racional o un motivo firme para que vayan a buscarlo al cine: en XXY se hace un trazado excepcional del hombre en su conjunto y en su dominio: el hombre con sus miedos, el hombre borrando los matices para alojarse definitivamente en lo esteriotipado; el hombre empecinado; el hombre amable e inquieto, el mentiroso, el certero. Vayan a buscar a Darin de nuevo en su terreno, el del mejor cine; vayan y quédense alucinados por la mirada y los ojos de una joven íntérprete; inés Efrón. Casi que no hay ternura y casi que debería de haberla. pero hay textos emocionantes, planos perfectos, una banda sonora original y plena. escaso paisaje, prque el paisaje está en los personajes. Harto especiales. Vayan a buscarlo en XXY. Las dos cosas de Lucia Puenzo

domingo, 9 de diciembre de 2007

Bienvenida Marta


Descubierta para los televidentes madrileños al frente de la conducción temporal de Madrid Directo, Marta supuso uno de los fichajes estrellas en la revolucionaria y todo noticias CNN Plus. Tras hartarse de ser una de las caras más populares de la impopular temática, dijo que sí a meterse en el agujero que le tenían preparado en Cuatro: se presentó como fichaje de Las Mañanas, presentadas y dirigidas por Conchita, -cada vez más portavoza del niño Miró, que de lo acontecido-en aquel entonces y en aquella nota informativa, como "la cara de la actualidad del programa, encargada de estar en todos los lugares en los que estaba la noticia". Empezaba su entierro: nada de cara, nada de sección, nada de nada. Se limitaba a realizar algún directo que otro, cuando cuadraba en la escaleta, y de resto la imagino echando curriculums como una loca. Piqueras e Hilario, ex compy, se acordaron de ella, y como el primero y jefe ya estaba más que harto de la incomunicación de la Blanco (no paró hasta relegarla a las madrugadas, esa franja ausente en la cadena más vista), dejó pasar unos meses hasta el relevo definitivo. Desde hace unas semanas gozamos de la magia, la voz, la credibilidad, y -por qué no- la belleza de Marta Fernández. Vuelve para quedarse en el sitio en el que debe estar: ante las cámaras, en un plató y contando cosas a los ojos que con tanto aprecio y crítica la miramos cada sobremesa. Por cierto, Hilario no puede ocultar su felicidad.